La Global Sumud Flotilla ya está muy cerca de la costa de Gaza. La acompañan una fragata del ejército español, un barco de salvamento y otra fragata del ejército turco. Grecia les ha dado apoyo en aguas griegas, mientras que Italia, que también había incorporado una fragata en los últimos días, hoy ya ha dado la vuelta antes de llegar a la zona crítica donde la Flotilla ya sufrió, en anteriores misiones, ataques y el secuestro de sus participantes por parte de Israel. Una nueva muestra de cobardía política, de exención moral y de nula responsabilidad del gobierno italiano. Una muestra de la vergonzosa actitud de Europa ante un Estado criminal que no tiene freno a la hora de incumplir leyes internacionales.
Me hacen sufrir los palestinos. Los ataques contra la población de Gaza por parte del ejército del Estado genocida de Israel no han hecho más que intensificarse en los últimos días. La presión social también se ha ido intensificando en gran parte del mundo y, como consecuencia, los gobiernos han comenzado a tomar algunas medidas en contra de Israel. Lamentablemente, las respuestas de Europa son, a día de hoy, tímidas e insuficientes. No hay firmeza para imponer un bloqueo total contra un Estado genocida que todavía goza del privilegio de ser socio de Europa. Europa, qué podrida estás.
Me hacen sufrir los miembros de la Flotilla. Ponen en ello el corazón, el alma y la vida. Aún no entiendo cómo hay gente que todavía los critica. Quizá por ignorancia. Quizá por maldad. Gracias a los activistas de la Global Sumud Flotilla, la conciencia sobre el genocidio se ha extendido por todo el mundo. Todo el mundo habla de ello. Gracias a este movimiento de gente valiente, responsable y humana, se ha generado esperanza a través de una lucha conjunta para no caer en la trampa de ser cómplices de la desaparición de un pueblo, de una cultura y del no retorno en la lucha por la recuperación de los valores fundamentales.
La Global Sumud Flotilla ha dado una brisa de esperanza a quienes lo han perdido todo. Todo, menos la humanidad, el bien más preciado que Occidente ya no sabe qué es. Ojalá podamos ver la imagen de estos barcos llenos de amor y humanidad llegando a la costa de Gaza. Ojalá todos sus tripulantes puedan fundirse en abrazos con los supervivientes de una masacre que no se detiene. Inshallah.
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